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Excepto ser un testigo, no enseño nada más

"Es realmente difícil crecer en la meditación en el ambiente duro de la sociedad. Pero no es imposible. Es ciertamente arduo, porque todo lo que te rodea va en contra de la meditación...

Pero incluso en Occidente puedes encontrar momentos silenciosos en los que la sociedad no puede interferir. En tu propia habitación, en medio de la noche, cuando todos están dormidos, cuando han desaparecido los ruidos de la vida de la ciudad, puedes encontrarte con Oriente justo en tu dormitorio.

Cuando tengas cierto tiempo, en los fines de semana, días de fiesta, vacaciones, puedes trasladarte a algún lugar solitario, puedes ir a un bosque. No vayas a donde van todos, evita simplemente esos lugares...

Una cosa extraña sucedió con un gran filósofo inglés, C.E.M. Joad. Él estaba siempre contra George Gurdjieff. Y en tiempos modernos, Gurdjieff era el único hombre, muy auténtico, que había llevado el mensaje de la cristalización interna de Oriente a Occidente.

Muchos otros han ido a Occidente: la mayor parte de ellos son simplemente truculentos. Han ido a Occidente sólo para ganar dinero. Ahora por todas partes en Occidente hay monjes hindúes, monjes japoneses, monjes tibetanos, pero no son gente auténtica. Su único deseo es explotar la credibilidad de la humanidad occidental.....

Pero incluso un hombre como C.E.M. Joad, gran filósofo, que ha escrito muchos libros hermosos sobre filosofía, reía siempre que el nombre de George Gurdjieff se mencionaba: “Ese hombre no es más que un tramposo, un fraude. No hay nada adentro, ningún centro. ¿Qué cristalización?. Él solamente usa esas palabras y engaña a la gente.”

Pero C.E.M. Joad cayó enfermo y la muerte se le acercaba, y el doctor dijo: “Usted no va a vivir más de seis semanas. Así que sea lo que sea que quiera hacer, ¡hágalo!”
En ese momento se dio cuenta: "Tal vez puede que haya algo interiormente: Lo había estado negando sólo intelectualmente; yo realmente no sé. Y me he estado riendo de ese hombre Gurdjieff, pero mi risa era insensible. No lo he entendido en absoluto, nunca lo he visitado y él estaba enseñando en el mismo Londres”. ¿Finalmente él le pidió a un amigo: “¿Puedes traer a George Gurdjieff a mi casa? Por lo menos le puedo pedir perdón por hacer de él un tonto sin haberle entendido a él o a su mensaje. Lo he estado criticando sin entenderlo".

El amigo trajo a Gurdjieff y Gurdjieff se sentó en la cama, al lado de C.E.M. Joad. Joad dijo: “Perdóneme por favor. Puede que no tenga otra ocasión de verle nuevamente, porque mi muerte se acerca". Gurdjieff dijo: “Olvídese de todo esto. Es la muerte la que le ha inspirado para que me llame. Es la muerte la que le ha hecho dudar de su posición de toda la vida de que la mente lo es todo. ¡Pero esto es bueno! Hay bastante tiempo. Seis semanas servirán. Incluso seis minutos son suficientes. Y un hombre de su calibre puede incluso arreglárselas en seis segundos. Cierre simplemente sus ojos --estoy sentando aquí a su lado-- y mire su mente. No haga nada más, simplemente observe.”

Cuando la muerte está así de cercana, uno está listo para hacer cualquier cosa. Si no hubiera estado la muerte así de cercana, Joad habría argumentado que, excepto la mente no hay nadie mirando, pero no había tiempo para discutir. Era mejor experimentar con lo que está diciendo este hombre; no podía haber daño.

Se quedó sorprendido cuando él comenzó a mirar la mente. Se olvidó de Gurdjieff, se olvidó de su muerte, se olvidó en breve tiempo de todos los pensamientos, y había en la habitación un silencio inmenso a su alrededor.

Pasaron casi tres horas. Cuando Gurdjieff lo despertó, él le dijo: “Estoy inmensamente feliz, mirando el cambio de su cara a un silencio más profundo, mirando sus ojos, que han llegado a quedarse inmóviles.”...

Así que Gurdjieff observó, sentándose allí, cómo los ojos de Joad dejaron de moverse y cómo su cuerpo estaba casi relajado, como si no hubiera miedo a la muerte, y su cara comenzó a cambiar con su experiencia interna. Al crecer la observación, la cara empieza a tener una cierta gracia, cierta belleza.
Gurdjieff dijo: “Usted lo ha conseguido. Ahora hay bastante con estas seis semanas. Usted continúe. Y tiene veinticuatro horas cada día. Mientras esté despierto, acostado --le han dicho que descanse lo cual es bueno-- utilice esta oportunidad que le ha sido proporcionada por la muerte y morirá como un ser muy cristalizado. Usted es bastante inteligente para entender la situación, de que antes de que venga la muerte, tiene que conocer algo en usted que es eterno".
Había lágrimas de gratitud en los ojos de C.E.M. Joad. Él no dijo una sola palabra, pero esas lágrimas lo dijeron todo, su gratitud, sus disculpas. Y esas seis semanas fueron las más importantes de su vida. Su última declaración a sus amigos fue: “nunca pensé que sería Gurdjieff finalmente quién me ayudaría en mi nuevo viaje, que me ayudaría a conocer algo que es inmortal y eterno.”

Así que, dondequiera que estés, continúa meditando. Y es sólo una cuestión de un poquito de inteligencia, el encontrar una esquina silenciosa, un espacio silencioso. Ve de vez en cuando al bosque, al océano, a las montañas, y medita simplemente. Occidente no puede impedírtelo....

Aquí las cosas son absolutamente simples. Excepto ser un testigo, no enseño nada más. Así que simplemente sé un testigo de tu mente y la meditación se dará. Y una vez que has entrado en consonancia con tu ser, conoces la manera, sabes el cómo. Entonces no importa donde estás. Solo o con la muchedumbre, en los silencios del bosque o en los ruidos de un mercado, todo es igual. Puedes cerrar simplemente los ojos y desaparecer hacia adentro".


Osho, Sat-Chit-Anand
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