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Si te sientes feliz, no dejes que la mente te perturbe

A menudo siento en mí tu energía, muy claramente, tanto si me encuentro en Occidente como cuando estoy de vuelta en India. No obstante, cuando estoy aquí me pregunto si la sensación de que has estado conmigo es o no es imaginación mía.

¿Y qué si es tu imaginación? ¿Por qué no la disfrutas? ¿Qué tiene de malo la imaginación? La imaginación es tan divina como cualquier otra cosa. Si te sientes feliz y dichoso, disfrútala. Déjala manifestarse.

Es la mente la que sigue creando problemas. Una y otra vez, la gente, cuando se siente bien, cuando se siente a gusto, viene y me pregunta: “Estoy preocupado... pero quizá sea sólo mi imaginación”. Pero cuando sufren y sienten dolor, nunca vienen a mí diciendo: “Quizá sólo me estoy imaginando que sufro”.

¡Qué bonito! Eres tan adicto al sufrimiento que el sufrimiento siempre te resulta real y, sin embargo, la beatitud te resulta sospechosa .... ¡quizá sean imaginaciones tuyas!

¿Y qué? Si son imaginaciones, deja que sean imaginaciones. Disfrútala. Goza de ella. Y recuerda siempre que el criterio de la Verdad es el deleite, la celebración. Respecto a la Verdad, para mí no existe ningún otro criterio. Aquello que te proporciona paz, lo que te da beatitud, es auténtico. Lo que te causa dolor, lo que te hace sufrir, es irreal. Éste es el único criterio; no hay otro criterio.

De manera que si te sientes feliz, no dejes que la mente te perturbe. La mente es una gran envenenadora; inmediatamente crea la sospecha de que hay algo que va mal: “¿Tú? ¿Y feliz? ¡Imposible! ”. La mente te dice: “Ha de ser irreal” .


Osho, Tao Los tres tesoros, Vol. II

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