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Depende de tu decisión el ser feliz o infeliz

Cuando era niño, los domingos eran un día muy especial para mí. Ahora, desde hace unos cuantos días, me despierto todas las mañanas y salgo afuera, veo el sol brillando a través de los árboles, oigo el canto de los pájaros y tengo esta sensación: "ah, otro domingo". Me pongo la mejor ropa y tengo un domingo durante todo el día. ¿Qué me está sucediendo?

"No lo conviertas en un problema.

La mente está siempre buscando algo sobre lo que abalanzarse, incluso la felicidad. Convierte en un problema hasta la felicidad. Si te sientes feliz, preguntas "¿por qué?". Esta pregunta es peligrosa.

Si sufres es bueno que te preguntes "¿por qué?", porque el sufrimiento tiene que ser disuelto, trascendido; hay que encontrar medios y maneras para salir de él, por lo que el "¿por qué?" es relevante. Pero cuando eres feliz, entonces el "¿por qué?" es un estorbo. No es necesario hacerse pregunta alguna. Cuando la felicidad te rodea, acéptala totalmente, sin preguntarte nada.

Si estás enfermo es necesario un diagnóstico, es necesario un análisis, porque la enfermedad debe ser encontrada. Pero si estás sano no vas al médico y preguntas "¿Por qué estoy sano? Diagnostica mi salud ¿Qué me está sucediendo". No vas.

Es una costumbre de la mente, porque ha estado siempre viviendo en la tristeza, en la infelicidad y siempre el "¿por qué?" ha sido relevante. Por esto, cuando las nubes desaparecen por primera vez y el sol brilla en tu vida, la antigua pregunta se va demorando: "¿por qué?". Aprende a aceptar la felicidad, aprende a gozar de ella sin preguntas, aprende a confiar en la felicidad, no dudes de ella, porque la mera duda será venenosa. La felicidad sucede raramente. Tales momentos son pocos y espaciados. Cuando llegan , dales la bienvenida, abre tu puerta, recíbelos con todo tu corazón, sin reserva alguna. Incluso una pregunta se convertirá en una pared muy, muy fuerte entre tú y tu felicidad.

Todos los días son domingo. Así debería ser. Todos los días son festivos. Así debería ser. Porque todos los días le pertenecen. Cada momento es sagrado. Una vez entiendes esto dejas de hacer preguntas como ésta.

No pienses que se necesita un día especial para ser feliz, sólo se necesita una mente especial. No tiene nada que ver con el tiempo: todo depende de la actitud, cómo ves la vida. Hay gente para los que ni el domingo es domingo. No hay luz, no hay salida de sol, ni siquiera el domingo. Están nublados bajo su propia oscuridad, cubiertos por su propia tristeza. Llevan su infierno a su alrededor. Incluso si les fuerzas a entrar en el cielo, entrarán llevando su infierno. Vivirán en su infierno. Nadie puede obligarles a salir de su infierno, excepto si deciden abandonarlo. Depende de tu decisión el ser feliz o infeliz".

Osho, Dang, dang, doko dang. Charlas sobre el Zen
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