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En cuanto empiezas a jugar, a vivir en el momento, te conviertes en un dios

"En el mundo deseas dinero, poder, prestigio. Luego te hartas de eso y lo consideras todo basura. Aunque lo consigas, te sientes derrotado. Si no lo consigues, te sientes derrotado. Entonces descubres que todo esto no tiene sentido. Y de repente empiezas a jugar nuevos juegos: la Iluminación, la meditación, el Yoga, Dios, el otro mundo, la otra orilla... De nuevo la mente se encuentra en paz. Un nuevo mundo de deseo se ha abierto. Ahora irás tras esas metas.

Y el dinero no es tan evasivo como la meditación. Este mundo es, por lo menos, sólido. La otra orilla, el otro mundo, es pura fantasía. Ahora estás en una zanja más profunda aún que antes. De la primera pudiste comprender su inutilidad. Ahora tardarás millones de vidas en comprender que la segunda también es inútil.

Cuando alguien descubre que todas las metas son inútiles --sin excepción: todas las metas son inútiles-- entonces no queda por hacer. Uno sólo ha de ser. Te relajas, te relajas totalmente porque no hay nada que hacer, porque no hay tensión. De repente tus límites se derriten como la nieve fundiéndose bajo el sol de la mañana. Sin nada que hacer, desapareces; el ego desaparece. Si nada que hacer, nada que ser, nada que lograr, ¿quién eres? Tu identidad se evapora. Eso es Iluminación.

Entonces empiezas un estilo de vida totalmente diferente. Empiezas a ser juguetón, a estar vivo momento a momento, sin dirigirte a ninguna parte, aceptando con profunda gratitud aquello que la vida te ofrece. La gracia desciende sobre ti. Esto es lo que yo denomino "convertirte en dios". En cuanto empiezas a jugar, a vivir en el momento, te conviertes en un dios...

La vida es un juego sin objeto, un juego de fuerzas infinitas. Un juego hermoso si no tienes una mente que busque metas. Feo, si tienes la ambición de convertirte en algo, de ser algo, de hacer algo.

¡Relájate! Olvídate por completo del futuro. Sólo existe este momento y este momento es la eternidad.

Esta vida es lo único que existe. No pienses en la otra orilla...

Inténtalo. Las metas... Durante demasiadas vidas te has entregado a ellas. Ahora intenta vivir momento a momento, como si no hubiera ningún futuro. Al principio será sólo "como si", pero luego te darás cuenta de que este "como si" es la única realidad".

Osho, Tao. Los tres tesoros, Volumen III