Ir al contenido principal

Puedes sentarte como un Buda, pero interiormente continuar agitado

"He oído una anécdota:

Un monje budista vino a India y después de muchos años regresó a Japón. Su Maestro le preguntó:

- ¿Qué has aprendido en India?

El monje se sentó en la postura de Buda, cerró los ojos y se quedó completamente calmado y quieto. El Maestro se rió y le dijo:

- Aquí ya tenemos demasiados Budas de piedra. ¡Vete! No necesitamos más Budas de piedra.

El monasterio al que pertenecían tenía ya mil Budas de piedra. Le llamaban "el templo de los mil Budas". Y el Maestro tenía razón: "¡Ya está bien con los que tenemos! ¡Vete!". Si aquello era todo lo que había aprendido, había perdido el tiempo, porque puedes sentarte como un Buda, pero interiormente continuar agitado".

Osho, Tao. Los tres tesoros, Volumen II