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¡Tú creas tus problemas!

"...los problemas existen básicamente en función de ti. Los problemas no son realidades objetivas; son fenómenos subjetivos. ¡Tú creas tus problemas! ¡Y a menos que seas transformado, seguirás creando problemas! Resuelves uno y, en realidad, al solucionar ese uno creas muchos, otros porque tú permaneces siendo el mismo. Los problemas no son algo objetivo. Son parte de ti. Debido a que eres de cierto modo, creas determinados problemas...

La ciencia cree que los problemas son objetivos, que provienen de alguna parte en el exterior, que pueden ser cambiados sin que tú cambies. La religión cree que los problemas están en el interior, en mí, o mejor, que yo soy el problema. A menos que yo cambie, nada será distinto...

La religión piensa en términos subjetivos; la ciencia, en términos objetivos: "Cambia la situación y no al hombre". La religión dice, "Cambia al hombre; la situación es irrelevante". Sea cual sea la situación, una mente distinta, un ser transformado se sitúa más allá de los problemas. Por eso Buda puede estar en absoluta paz viviendo como un mendigo y un Midas no puede vivir tranquilo ni poseyendo el milagro alquímico: toque lo que toque se transforma en oro...

Nuestro mundo ha creado, mediante la ciencia, una situación como la de Midas. Todo lo que tocamos se convierte en oro. Un Buda, viviendo como un mendigo, se encuentra en una paz y en un silencio tan absoluto que los emperadores se sienten celosos de él. ¿Cuál es el secreto? El énfasis en el hombre, en el interior del hombre, es lo importante, no la situación. Debes pues cambiar el interior del hombre. Y solamente hay un cambio posible. Si creces en consciencia, cambias, mutas. Si disminuyes tu consciencia, también cambias, mutas. Pero si tu consciencia es disminuida retrocedes hacia el mundo animal. Si tu consciencia es incrementada, asciendes hacia el mundo de los dioses.

Este es el único problema para la religión: cómo incrementar la consciencia".

Osho, La alquimia suprema, Volumen II