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Si amas lo que haces... no habrá aburrimiento

Anoche hablaste del aburrimiento. ¿Cómo podemos abrigar la esperanza de una sociedad iluminada cuando para mantener la sociedad la mayoría de la gente desempeña tareas aburridas, monótonas y repetitivas?

     De nuevo: nada es aburrido, nada es repetitivo y monótono; tú lo eres, y llevas tu cualidad a todo lo que haces. Ningún acto es monótono en sí mismo, y ningún acto puede ser aburrido en sí mismo; eres tú el que lo hace aburrido o no. Y el mismo acto puede ser un aburrimiento para ti en este momento y al momento siguiente puede volverse algo lleno de dicha.  No es que el acto haya cambiado; ha cambiado tu estado de ánimo, la cualidad que llevas al acto...
     Eso es lo que quiero mostrarte: la distinción. Para un amante no es repetitivo; para una prostituta es repetitivo.  De modo que, en realidad, el acto mismo no es repetitivo; es tu cualidad, y la pones en él.  Hagas lo que hagas, si lo amas, nunca será repetitivo. Si amas lo que haces... no habrá aburrimiento...
     He oído que un niño pequeño fue a la iglesia con su padre y su madre un domingo, y luego otro y otro. El tercer domingo este niño le preguntó a su padre: "Dios debe estar aburriéndose, porque siempre hay las mismas caras en las iglesias todos los días. Hemos estado viniendo tres domingos...¡Las mismas caras! Dios debe estar aburrido viéndoles aparecer una y otra vez todos los domingos".
     Pero Dios no está aburrido. Toda la existencia ha estado repitiendo continuamente. A nosotros nos parece repetición, pero si hay un ser, un ser total, algo como un Dios, no está aburrido. Si está aburrido no hay necesidad de continuar. Puede parar. Puede decir: "¡Ya basta!". Puede decir: "Se acabó". Pero no está aburrido. ¿Por qué?
     Porque ama: todo lo que está sucediendo es su amor. Es un  creador, no un trabajador, no un obrero. Es un creador.
     Un Picasso no está aburrido: es un  creador. Si tus actos se convierten en creación, no estarás aburrido. Y tus actos se vuelven creación si los amas...
     Pero no amas, y la fuente no es amada, de modo que los productos de esa fuente no pueden ser amados. Hagas lo que hagas  -puede que seas ingeniero o puede que seas médico o químico o un científico-, hagas lo que hagas llevarás el odio a ello. Tu odio lo vuelve repetitivo. Lo odias y sigues encontrando excusas por las que lo estás haciendo. Dices: "Lo estoy haciendo por mi mujer, por mis hijos".  Y tu padre lo estaba haciendo por ti, y su padre lo estaba haciendo por él, y tus hijos lo harán por sus hijos, y nadie disfrutará de la vida.
     Éstos son trucos. Eres simplemente un cobarde. No puedes escaparte de ello, porque te da seguridad, certidumbre, ingresos, un saldo bancario. Porque eres un cobarde, no puedes dejar de hacerlo y no puedes empezar a hacer lo que amas. Entonces sigues haciendo responsables de todo a tus hijos, a tu mujer, y ellos también están haciendo lo mismo.
     Pregúntale al niño. Él va a la escuela; está aburrido. Dice: "Voy por mi padre. Le hace feliz. Si no voy se siente muy desgraciado".  ¿Y tu mujer?  Ella está haciéndolo todo sólo por ti y los niños.  Nadie está existiendo realmente para sí mismo. Nadie se ama a sí mismo lo suficiente para existir para sí mismo. Entonces todo va mal. La fuente está envenenada, y entonces todo lo que sale de esa fuente está envenenado.

     Y no pienses  que si cambias de trabajo, lo amarás. No; llevarás también tu cualidad a tu nuevo trabajo. Puede que al principio sea emocionante, algo nuevo, pero tarde o temprano te asentarás y será lo mismo.  Cámbiate a ti mismo, ámate a ti mismo, y ama todo lo que hagas; no importa lo pequeño que sea, da igual...
     Si te amas a ti mismo, si amas tu trabajo, vives en un entorno diferente. En ese entorno nada se repite. La repetición sólo le aparece a una mente aburrida...
     Pero mira la vida: la vida disfruta con la repetición. Las estaciones se mueven en círculo. El Sol se mueve en círculo; sale cada día, cada mañana. Y llega el verano y llega el invierno y llegan las lluvias y siguen pasando. En un sentido profundo, toda la existencia sucede repetitivamente. Parece que la creación es como un juego de niños. Los árboles no están aburridos, el cielo no está aburrido. El cielo nunca dice: "¿Otra vez las nubes?"... ¡Mira la vida! Es repetitiva...
     Has oído acerca del rey Midas: todo lo que tocaba se convertía en oro. Tú también eres un rey Midas: todo lo que tocas se convierte en aburrimiento. Tienes un toque alquímico: puedes convertirlo todo en aburrimiento; todo, digo.
     No pienses en cambiar de trabajo, de acciones; piensa en cambiar la cualidad de tu consciencia. Ámate más a ti mismo. Lo primero que hay que recordar es ser más amoroso con uno mismo... A no ser que te ames a ti mismo no puedes amar a nadie...Sólo si te amas a ti mismo puede tu amor rebosante llegar a alguien...
     El amor debe suceder primero en casa -tú eres la casa-, y sólo cuando se desborda puede llegar a los demás. Y cuando se desborda, se desborda en tus actos, en todo lo que haces. Ya pintes o hagas un zapato o cualquier cosa  -simplemente limpiar la calle-, independientemente de lo que hagas, si amas hondamente, si te amas profundamente a ti mismo, fluye en todo lo que haces. Fluye incluso cuando no estás haciendo nada. Sigue fluyendo, se vuelve tu existencia misma, y entonces nada es aburrido...
     Nada es una repetición si sabes penetrar, ser amoroso y estar alerta. De lo contrario, todo es repetitivo. Estás aburrido porque tienes una consciencia que crea aburrimiento. Cambia la consciencia,  y no habrá aburrimiento. Pero sigues cambiando los objetos; eso no cambiará nada".

Osho, El Libro de los Secretos
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