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¿Por qué no vas hacia dentro?

     "¿Por qué no vas hacia dentro? Porque aún no has creado la necesidad de ir hacia dentro...
     ¿Cuál es esa necesidad? Esa necesidad tiene que ver con la religión. No puedes ser religioso a menos que tengas esa necesidad. ¿Cómo se crea esa necesidad? ¿Mediante qué proceso toma uno consciencia de una profunda necesidad que te ayuda a ir hacia dentro?
     Hay que recordar tres cosas. En primer lugar la muerte. Recuerda, todas las necesidades de la vida te fuerzan a ir hacia fuera. Si quieres ir hacia dentro, la muerte debe volverse una inquietud básica; de lo contrario, no puedes ir hacia dentro...
     La vida mira hacia fuera. A no ser que tomes consciencia de la muerte, la religión no tiene sentido para ti. Por eso los animales no tienen ninguna religión...
     Para la mente animal la muerte siempre les ocurre a otros. Y si también para ti la muerte es algo que sólo les sucede a otros, todavía vives en la mente animal. Si no eres consciente de la muerte, aún no te has vuelto un hombre...
     Para mí, "hombre" significa consciencia de la muerte. No estoy diciendo que te asustes de la muerte; eso no es consciencia. Simplemente sé consciente del hecho de que la muerte está acercándose más y más, y tienes que estar preparado para ella...
     Así que lo primero: toma consciencia de la muerte. Piensa en ella, mírala, considérala. No tengas miedo, no te escapes de la realidad. Está ahí y no puedes escaparte de ella. Ha llegado a la existencia contigo...
     En el momento en que tomes consciencia de que vas a morir, de que la muerte es inevitable, toda tu mente empezará a mirar en una dimensión diferente. Entonces la comida es una necesidad básica para el cuerpo, pero no para el ser, porque incluso si consigues comida, la muerte ocurrirá. La comida no puede protegerte de la muerte, la comida sólo puede ayudarte a posponer. Si consigues un buen cobijo, una buena casa, no te protegerá de la muerte; sólo te ayudará a morir convenientemente, cómodamente...
     En la vida puede que seas pobre o rico, pero la muerte es el gran igualador... Vivas como vivas, da lo mismo; la muerte sucede igualmente. En la vida, la igualdad es imposible; en la muerte, la desigualdad es imposible. Toma consciencia de ello, considéralo...
     Si quieres considerar la muerte, conoce otro hecho sobre ella: puede ocurrir al momento siguiente. Puede que tú no puedas oír mi frase completa, pueda que yo no pueda completarla...
     La muerte es posible en el momento siguiente, pero la mente no lo creerá. Lo digo y tu mente dirá: "¡No! ¿Cómo va a ser posible en el momento siguiente? Está lejos". Pero eso es un truco... Y cuando digo que es posible en el momento siguiente, lo digo en serio. Puede suceder, y cuando suceda, será en el momento siguiente. Justo antes de ella no habrás podido concebir que fuera a suceder...
     En segundo lugar, sigues viviendo. Sigues creando sentidos y propósitos artificiales para este mismo momento. Nunca piensas en tu vida en conjunto, si tiene algún sentido o no. Sigues creando nuevos sentidos, y te empujas a ti mismo a seguir adelante con estos sentidos. Por eso un pobre vive una vida más llena de sentido que un rico: porque un pobre tiene muchas cosas que conseguir, y eso da un sentido a su vida. Si eres realmente rico, eso significa que tienes todo lo que es posible tener y este mundo no te puede ofrecer nada. Entonces tu vida pierde su sentido. Ya no puedes crear ningún sentido para este momento, para este día, para ayudarte a vivir. Por eso, cuanto más rica es una sociedad, cuanto más acaudalada es una cultura, más falta de sentido se siente. Las sociedades más pobres nunca sienten una falta de sentido.
     Un pobre está interesado en tener una casa. Trabajará durante años y años para conseguirla. Su vida tiene un sentido; hay que lograr algo. Y cuando consiga la casa será feliz al menos durante unos días, pero luego hay casas más grandes... De manera que seguirá avanzando, haciendo esto y aquello, sin pensar nunca en su vida como un todo, en si tiene sentido o no. Nunca considera su vida en conjunto.
     Imagina que lo tienes todo: la casa, el coche que ansías, y todos tus sueños se han colmado. Así que ahora ¿qué?. Imagina que todo lo que necesitas está ahí, lo tienes. Ahora ¿qué? De pronto el sentido desaparece. Estás ante un abismo; no se puede hacer nada, te vuelves insignificante... Incluso si consigues el mundo entero, entonces, ¿qué? ¿Qué se satisface con ello?...
     De modo que lo siguiente es que, independientemente de lo que estés haciendo, de lo que estés logrando, recuerda preguntar: "Si lo consigo, entonces ¿qué? ¿Hay algún sentido en ello en absoluto, o hay sólo algún sentido artificial dado por ti para dividir, para crear una ilusión en torno a ti para sentir que estás haciendo algo que vale la pena; y en realidad estás todo el tiempo malgastando la vida y la energía, sin hacer nada que valga la pena? Sólo hay una cosa que vale la pena: si puedes ser feliz sin nada, sin ninguna dependencia, si puedes ser dichoso solo, totalmente solo. Si no es necesario nada para tu dicha, sólo entonces puedes ser dichoso; de otra forma serás desdichado, siempre desdichado.
     La dependencia es desdicha, y los que dependen de las posesiones, los que dependen de los conocimientos acumulados, los que dependen de esto o aquello, están ayudando a su propia desdicha a acumularse más y más. Así que el siguiente punto que hay que recordar es preguntar si tienes algún sentido, o si estás tan sólo flotando adelante sin ningún sentido. ¿Estás simplemente simulando que esto o aquello es el sentido de tu existencia?
     Un hombre solía venir a mí. Solía decir que si su hijo conseguía ir a la universidad, eso era todo lo que necesitaba y sería muy feliz... Entonces su hijo consiguió ir a la universidad. Ahora el hijo se ha hecho funcionario de bosques. Hace unos pocos meses, el hijo estuvo aquí y me dijo: "Sólo estoy ganando seiscientos rupias al mes. Tengo dos hijos y éste es mi único sueño, que tengan buenos estudios; eso es todo. Estoy trabajando duro..."
     Su padre ya no está. Éste era su sentido en la vida, su propósito: hacer que su hijo tuviese estudios y se situara bien. Ahora el chico está bien situado, y ahora el chico tiene el mismo propósito: ayudar a sus hijos a tener estudios y situarse bien. Y él morirá, y esos hijos seguirán haciendo las mismas tonterías.
     ¿Qué sentido tiene todo esto? ¿Qué estás haciendo? ¿Simplemente pasando el tiempo? ¿Destrozando tu vida? ¿O tienes algún sentido auténtico que puedas decir que te hace feliz, dichoso? Ésta es la segunda consideración que te hará ir hacia dentro.
     Y en tercer lugar, el hombre sigue olvidando. Sigues olvidando cosas. Ayer estuviste enfadado, y te arrepientes de ello. Ahora lo has olvidado, y si se da de nuevo el mismo estímulo, volverás a enfadarte. Esto ha sido así toda tu vida, sigues repitiendo las mismas cosas.
     Se dice que es muy extraordinario encontrar un hombre que aprenda a lo largo de la vida; muy excepcional. En realidad, nadie aprende. Si aprendes, entonces no puedes cometer el mismo error dos veces. Pero sigues cometiendo el mismo error una y otra vez...
     Tercero: si quieres ir hacia dentro, ¡aprende! Independientemente de lo que estés haciendo, aprende con ello. Extrae lo esencial de ello. Vuelve la vista atrás a lo que has venido haciendo con tu vida y tu energía y tu tiempo: los mismos errores, las mismas tonterías, las mismas estupideces, una y otra vez...
     Así que tres palabras, tres palabras clave:
     Muerte: haz de ella una consideración constante.
     Sentido: sigue buscándolo en tu vida.
     Y aprende:  aprende con tu vida, porque no hay otro aprendizaje. Las escrituras no te darán nada.
     Si tu propia vida no te puede dar algo, nada te lo puede dar. Aprende mediante tu propia vida, saca conclusiones de ella. ¿Qué has estado haciendo contigo mismo?... Estas tres técnicas te ayudarán a volver hacia dentro".

Osho, El Libro de los Secretos
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