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Un hijo no será capaz de perdonar a sus padres a me­nos que se libere de la culpabilidad.

Pregunta:
Cuando pienso en ir a ver a mis padres se me hace un nudo en el estómago. 0 bien me comporto con ellos de un modo muy distante y mecánico o muy discutidor y a la defensiva. No siento compasión por ellos. ¿De­bería hacer terapia?

Respuesta de OSHO:
"No es necesario. Sólo es un miedo que procede del pasado. Tu energía está perfectamente bien: no hay ningún nudo en tu energía, el nudo sólo está en tu memoria. Son dos cosas dife­rentes.
Si el nudo está en la energía, entonces es un tema complicado. Pero si el nudo sólo está en la memoria, es muy sencillo, puedes dejarlo fácilmente. Te sugiero que antes de hacer nada, sé feliz du­rante dos o tres meses. Disfruta de la vida sin barreras, sin culpas, sin inhibiciones. Si puedes disfrutar de la vida sin culpas y sin inhibiciones, surgirá una gran compasión por tus padres.
De hecho, un hijo no será capaz de perdonar a sus padres a me­nos que se libere de la culpabilidad, porque los padres significan culpabilidad. Han creado la culpabilidad fundamental: haz esto, no hagas aquello; sé de esta manera y no seas de aquella otra. Fueron los primeros elementos creativos, pero también fueron los prime­ros elementos destructivos. Ayudaron al niño a crecer, le amaron, pero tenían sus propias mentes y condicionamientos, y le trataron de imponer esos condicionamientos. Por eso todos los hijos odian a sus padres.
    Estás en contra de tus padres, les tienes miedo porque no te permiten ser tú mismo. Por eso siempre que están ahí empiezas a sentir calambres, sientes nudos en el estómago porque no te dejan ser tú mismo. En su presencia te conviertes de nuevo en un niño; revives el pasado. Vuelves a estar desamparado; pero ahora no eres un niño; por eso, naturalmente, te vuelves discutidor, te desquitas, te enfadas o te pones muy a la defensiva, o empiezas a evitarlos..., pero todas esas cosas crean distancia.
Y hay un deseo profundo en ti de amar a tus padres; le pasa a todo el mundo. Tú vienes de ellos, les debes la vida. Todo el mun­do ama su origen, pero ese mismo origen ha hecho algo que no te permite aproximarte ni comunicarte; por eso, cuando te acercas surge el problema. Si no te acercas aparece un deseo profundo de comunicarte, de perdonar, de tender nuevos puentes.
Vive como quieras durante tres meses para limpiar esta parte de la memoria. Vive como quieras. Tus padres ya no te lo están impi­diendo. Tus padres te hablarán desde tu interior muchas veces: irás a hacer algo y aparecerá una voz paternal que dirá: "No hagas esto". Ríete de esta voz paternal y recuerda que ahora eres libre y que tus padres te han hecho suficientemente maduro como para poder vivir tu propia vida y poder responsabilizarte de ella. Por eso no necesitas esta voz, ahora tienes tu propia conciencia, no nece­sitas ningún sustituto. Ahora no hace falta que tus padres hablen por ti;  puedes hablar por ti mismo.
Prueba esto durante tres meses; y al cabo de esos tres meses ese nudo habrá desaparecido.  Puede desaparecer muy fácilmen­te, se puede borrar. Y lo puedes hacer tú solo, no necesitas tera­pia. Si no puedes y sientes que es muy difícil, entonces la terapia te puede ayudar.  Hará lo mismo: tratará de borrar esa memoria. Si no puedes hacerlo solo, siempre es bueno buscar el apoyo de algún experto que sepa cómo hacerlo, pero primero inténtalo solo.
De lo contrario, lo que a veces sucede es que tu terapeuta qui­zá sea capaz de ayudarte a que te libres de tus padres, pero enton­ces él se vuelve tu padre. La mente es tan chapucera, tan confusa, que siempre que comienza a perder el control sobre algo, inme­diatamente se aferra a cualquier otra cosa como sustituto. Por eso, mucha gente que va al terapeuta se libera poco a poco de muchos problemas, pero entonces es el terapeuta el que se convierte en el problema. No pueden permitirse perder al terapeuta; no pueden dejar la terapia. Pueden cambiar de terapeuta, pueden cambiar de terapia, pueden ir de un tipo de terapia a otro, pero se han vuelto adictos a la terapia.
En ocasiones está muy bien que abordes los problemas tú solo; te dará más confianza.
Y este es el proceso: hacer todo lo que quieras.  No se trata de si está bien o está mal.  Durante estos tres meses todo lo que quieras hacer está bien, y todo lo que no quieras hacer está mal, o sea que no lo hagas. Siéntete cómodo y completamente libre y disfruta de la vida como si acabaras de nacer por primera vez. Y es exactamente eso lo que sucede a través de sannyas.  Eres un nuevo niño, es un nuevo nacimiento.  Puedes comenzar a crecer en una nueva dirección, y entonces las voces y los condiciona­mientos paternos dejarán de ser un obstáculo, es un nuevo cre­cimiento".

OSHO, El libro del niño. Una visión revolucionaria de la educación infantil
http://osho-maestro.blogspot.com/