Una técnica de meditación cuyos primeros pasos se inician con el movimiento y la acción te ayuda a encontrar el silencio y la quietud.
Pregunta:
La
Meditación Dinámica es muy activa, muy agotadora, pero ¿sería acaso posible
entrar en meditación manteniéndonos únicamente sentados en silencio?
Respuesta de Osho:
"Podrías entrar en meditación, efectivamente, estando sentado, pero solamente si permaneces sentado en silencio sin hacer otra cosa. Si eres capaz de estar sentado --en el sentido estricto de estar simplemente sentado, sin más-- entonces eso se convierte en meditación... Si puedes estar simplemente sentado sin hacer nada ni con tu cuerpo ni con tu mente, eso se convierte en meditación. Pero es difícil.
Es fácil permanecer sentado cuando estas haciendo algo, pero en el momento en que tratas de estar simplemente sentado, sin hacer nada, comienzan las dificultades. Cada fibra de tu cuerpo, cada nervio, cada músculo, empezarán a moverse incontroladamente y tu cuerpo entero acabará vibrando sutilmente en una especie de temblor. Te volverás consciente de muchas partes de tu cuerpo que hasta ahora no habías sentido. Cuando más trates de mantenerte simplemente sentado, menos lo conseguirás;
más actividad sentirás dentro de ti. Por eso el sentarse puede ser empleado
solamente si antes has hecho otras cosas.
Puedes simplemente andar; eso es fácil. Puedes simplemente danzar; eso es aún más fácil. Y una vez hayas practicado esas cosas más fáciles, entonces podrás intentar sentarte; sólo entonces. La última cosa que deberías hacer sería sentarte en posición búdica. Jamás se debería hacer al principio. Sólo tras haberse identificado uno con el movimiento puede empezar a identificarte con el no‑movimiento.
Por eso nunca aconsejo a nadie que empiece con el sentarse. Hay que empezar por lo que más cómodo te resulta o de lo contrario te verás afectado por cosas que nada tienen que ver con lo que estás haciendo, por cosas que no existen.
Tan pronto como estés sentado, surgirán muchas interferencias en tu interior. Y cuanto más procures estar simplemente sentado, mayores serán las dificultades. Tu misma impotencia por atajarlas te causará depresión y te sentirás frustrado, incapaz de estar en paz contigo mismo. Cobrarás consciencia de tus frustraciones, y empezarás incluso a pensar que estás loco. Y, a veces, realmente puedes volverte loco...
Empiezo con tu locura, no con la posición de sentado. Permito tu locura. Si eres capaz de danzar desenfrenadamente durante largo tiempo, verás cómo lo contrario a ese alocado movimiento surge dentro de ti. Con una danza loca empiezas a ser consciente de un punto silencioso en tu interior. Cuando estás sentado en silencio, empiezas a ser consciente de tu locura. Lo opuesto es siempre el foco de consciencia.
"Podrías entrar en meditación, efectivamente, estando sentado, pero solamente si permaneces sentado en silencio sin hacer otra cosa. Si eres capaz de estar sentado --en el sentido estricto de estar simplemente sentado, sin más-- entonces eso se convierte en meditación... Si puedes estar simplemente sentado sin hacer nada ni con tu cuerpo ni con tu mente, eso se convierte en meditación. Pero es difícil.
Es fácil permanecer sentado cuando estas haciendo algo, pero en el momento en que tratas de estar simplemente sentado, sin hacer nada, comienzan las dificultades. Cada fibra de tu cuerpo, cada nervio, cada músculo, empezarán a moverse incontroladamente y tu cuerpo entero acabará vibrando sutilmente en una especie de temblor. Te volverás consciente de muchas partes de tu cuerpo que hasta ahora no habías sentido. Cuando más trates de
Puedes simplemente andar; eso es fácil. Puedes simplemente danzar; eso es aún más fácil. Y una vez hayas practicado esas cosas más fáciles, entonces podrás intentar sentarte; sólo entonces. La última cosa que deberías hacer sería sentarte en posición búdica. Jamás se debería hacer al principio. Sólo tras haberse identificado uno con el movimiento puede empezar a identificarte con el no‑movimiento.
Por eso nunca aconsejo a nadie que empiece con el sentarse. Hay que empezar por lo que más cómodo te resulta o de lo contrario te verás afectado por cosas que nada tienen que ver con lo que estás haciendo, por cosas que no existen.
Tan pronto como estés sentado, surgirán muchas interferencias en tu interior. Y cuanto más procures estar simplemente sentado, mayores serán las dificultades. Tu misma impotencia por atajarlas te causará depresión y te sentirás frustrado, incapaz de estar en paz contigo mismo. Cobrarás consciencia de tus frustraciones, y empezarás incluso a pensar que estás loco. Y, a veces, realmente puedes volverte loco...
Empiezo con tu locura, no con la posición de sentado. Permito tu locura. Si eres capaz de danzar desenfrenadamente durante largo tiempo, verás cómo lo contrario a ese alocado movimiento surge dentro de ti. Con una danza loca empiezas a ser consciente de un punto silencioso en tu interior. Cuando estás sentado en silencio, empiezas a ser consciente de tu locura. Lo opuesto es siempre el foco de consciencia.
Con tu loca caótica danza, con tus gritos, con la
respiración caótica, liberas tu locura. Entonces empiezas a ser consciente de
un sutil punto, un profundo punto dentro de ti que está en silencio y quieto en
contraste con la locura de la periferia. Permítela expresarse para que fluya
netamente. Te sentirás dichoso; en tu centro habrá un silencio interno. En
cambio, si estás simplemente sentado te centrarás interiormente en tu propia
locura. Tu exterior estará en silencio, pero interiormente estarás loco.
Es mejor empezar con algo activo, positivo, vivo,
lleno de movimiento. Poco a poco irás percibiendo una quietud interior que va
creciendo. Y cuanto más crezca, más te será posible utilizar la postura de
sentado o tumbado; se hará posible la meditación más silenciosa. Y para entonces, las cosas habrán cambiado ostensiblemente.
Una técnica de meditación cuyos primeros pasos se
inician con el movimiento y la acción te ayuda a encontrar el silencio y la
quietud. Se convierte en una catarsis...
Por ejemplo, cuando vemos a un niño enfadado y le
ordenamos "¡No has de enfadarte!", el niño empieza a reprimir su enfado.
Lentamente, lo que hubiera sido algo sólo momentáneo, pasajero, se irá
convirtiendo en permanente. Ahora el niño no actuará con ira, pero el enfado
subsistirá en su interior. Hemos ido acumulando demasiada ira en esas
situaciones pasajeras. Nadie puede mantenerse permanentemente sin mostrar jamás
el menor indicio de enfado, a no ser que la ira haya sido reprimida. La ira es
una situación de violencia que viene y se va; una vez expresada desaparece. De
modo que yo trataré siempre de que el niño pueda enfadarse más auténticamente.
Enójate, pero hazlo totalmente; no lo reprimas.
Por supuesto que surgirán problemas. Si decimos,
"Enfádate", te enfadarás con el primero que encuentres. Sin embargo
el niño puede ser moldeado. Se le puede facilitar una almohada y decirle: "Enfádate con la almohada. Ensáñate con ella". Desde un principio un
niño puede ser educado de forma que la ira sea desviada dándole algún objeto
sobre el que él pueda volcar su ira hasta que ésta desaparezca. En unos
segundos o en unos minutos habrá disipado todo su enfado y no lo acumulará.
Has estado acumulando rabia, sexo, violencia, codicia,
de todo. Ahora, en tu interior se han convertido en locura. Está ahí, dentro de
ti. Si empiezas con cualquier tipo de meditación represiva --por ejemplo,
sentándote--, estarás reprimiendo todo esto; no dejarás que sea liberado.
Empieza pues con una catarsis. Deja primero que toda represión sea expulsada al
exterior, y cuando seas capaz de hacerlo, te habrás vuelto maduro. Si no soy capaz de sentir amor estando solo, si
únicamente lo siento en compañía de aquél a quien amo, entonces no soy aún lo
suficientemente maduro. Dependo de alguien, incluso para amar; sólo si alguien está
contigo soy capaz de amar. Entonces
ese amor es solamente superficial; no es mi naturaleza. Si estoy solo en la habitación, no siento amor; por lo tanto la
cualidad de amar no ha profundizado, no se ha convertido en parte de mi ser.
Te vuelves más y más maduro a medida que eres menos
dependiente. Si puedes enfadarte hallándote solo, demuestras más madurez. No
necesitas de ningún objeto para enfadarte. Por eso, al principio, hago de la
catarsis un deber. Has de lanzarlo todo al exterior, al espacio abierto, sin
ser consciente de ningún objeto.
Enfádate con quien desees estar enfadado. Llora sin motivo; ríe, simplemente ríe, sin nada de lo que reírte. Entonces podrás
desprenderte de todo lo acumulado; podrás expulsarlo. Y una vez sepas cómo, te
habrás descargado de todo tu pasado.
En unos instantes te descargarás de la totalidad de tu
vida; incluso de otras. Si estás dispuesto a expulsarlo
todo, si puedes dejar que tu locura salga, al cabo de unos momentos
habrá una profunda limpieza. Ahora has sido limpiado. Fresco, inocente, de
nuevo eres un niño. Ahora, en tu inocencia, la meditación de sentado puede ser
realizada. Simplemente sentándote o estando tumbado o de cualquier forma,
porque ahora dentro no está el loco para alterar la sentada...
Las personas se acercan a mí y me dicen: "Danos
una técnica de meditación que podamos practicar en silencio" ¿Por qué
tanto miedo? Todos tienen en su interior un manicomio y aun así dicen: "Danos una técnica que podamos practicar en silencio". Con una
técnica silenciosa solamente conseguirás volverte cada vez más loco. Eso es
todo.
¡Las puertas de tu manicomio deben
ser abiertas de par en par! No temas lo que los demás vayan a decir. Una
persona que se preocupa de la opinión de los demás nunca podrá ir hacia
adentro. Estará demasiado preocupado por lo que los demás piensan y murmuran.
Cuando permaneces sentado, simplemente en silencio,
con los ojos cerrados, todo en ti está en su sitio. Tu mujer o marido dirán que
te has convertido en una buena persona. Todo el mundo quiere que estés muerto;
incluso las madres desearían que sus hijos estuvieran
muertos; obedientes, silenciosos. La sociedad entera te quiere muerto. Los mal
llamados "buenas personas", no son más que hombres muertos.
No te preocupes pues por lo que los demás piensen de
ti, no te preocupes por la imagen que los demás puedan tener de ti. Empieza con
la catarsis y algo prodigioso florecerá en ti. Algo cualitativamente distinto,
de una belleza distinta, totalmente diferente; todo será auténtico.
Cuando sientas al silencio aproximarse a ti, cuando descienda sobre ti, no se
tratará de nada falso. No lo habrás estado cultivando;
vendrá a ti; te sucederá. Empezarás a sentirlo crecer dentro de ti de la misma forma
que la madre empieza a sentir al niño crecer. En ti estará creciendo un
profundo silencio; te quedarás preñado de él. Solamente entonces habrá una
transformación; en caso contrario, será un auto engaño. Y
uno puede estar engañándose a sí mismo durante vidas y vidas. La capacidad para
hacerlo es infinita".
Osho, Meditación: el arte del éxtasis
http://osho-maestro.blogspot.com/
Osho, Meditación: el arte del éxtasis
http://osho-maestro.blogspot.com/