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Este es el momento de la iluminación.

          "Yo no te prometo nada, no te prometo el Reino de Dios, no te prometo la iluminación..., no hago promesas. Mi enfoque es vivir en cada momento, iluminado o no, ¿qué más da? Vivir en cada momento con alegría, con éxtasis, con totalidad, con intensidad, apasionadamente.
          Si vives con pasión, el ego se desvanece. Si actúas con totalidad, el ego se esfuma inevitablemente. Es como un bailarín que baila sin parar hasta que llega un momento en el que desaparece el bailarín y sólo queda la danza. Este es el momento de la iluminación.
          Cuando deja de estar ahí la persona que realiza el acto, cuando el hacedor no está, cuando dentro de ti no hay nadie y  sólo queda el vacío y la nada..., esto es la iluminación. Y todo lo que salga de ese maravilloso espacio estará colmado de gracia, será glorioso.
          El paraíso no es un sitio geográfico, no está en otro lugar; es una forma de vida. Pertenece a todos aquellos que saben vivir con totalidad e intensidad. En ese momento -aquí y ahora- el paraíso cae sobre ellos, o, mejor dicho, mana de su propia fuente, de su propio ser. Sólo necesita un sitio para brotar.
          No te digo que renuncies al ego porque si tú renuncias, el que renuncia se convertirá en el ego. No digo que seas humilde porque si tú eres humilde, oculto tras la fachada de humildad estará el ego sutil.
          Yo utilizo otros métodos. Os digo: bailad y abandonaos al baile. Cantad. ¡Tocad música! Haz lo que te guste y hazlo con totalidad, sin guardarte nada. Cuando no te guardas nada, el ego se disuelve espontáneamente.
          Este es el significado de nirvana: apagar la vela, hacer que desaparezca. Y todo lo que queda es divino.
          El ego es humano; la ausencia del ego es divina. El ego es el infierno; la ausencia del ego es el paraíso".

Osho, Ven otra vez, ven. Celebrando la alegría de la vida
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