"Buda dijo que cuando respires debes ser consciente de cómo la respiración te roza la nariz. Debes ser consciente de cómo la respiración te roza la nariz cuando entra; y cuando la respiración desciende por la garganta, debes ser consciente de cómo te roza la garganta, y cuando la respiración llega a los pulmones y baja hasta el estómago, debes seguir siendo testigo de ella. Tu conciencia debe seguirla. Entonces la respiración se detendrá durante un instante, habrá una pausa; esta pausa es muy valiosa. Cuando tomas una respiración profunda, por un instante no habrá respiración, ni inspiración ni expiración; todo se detendrá. La respiración saldrá; después de descansar unos segundos, sale. Entonces tu conciencia también debe salir con ella, elevarse con ella. Síguela a medida que sale. Una vez más, cuando haya salido, todo se detendrá durante un segundo; entonces comenzará una nueva respiración: una vez más inspirar y una vez más expirar. Buda dijo que deberías hacer un rosario de cuentas con las respiraciones y de este modo podrías despertar tu recuerdo de cada respiración.
Si en cada respiración profunda hay conciencia, el prana se expandirá y la energía vital empezará a ascender. La consciencia es la clave del ascenso; la inconsciencia, la clave del descenso.
Cuando una persona puede llegar a la conciencia a través de la respiración, no necesitará ninguna otra práctica, será suficiente; pero es muy difícil. Durante las veinticuatro horas del día, siempre que te acuerdes, sé consciente de tu respiración. Nadie lo sabrá, es algo que puedes hacer en silencio; nadie sabrá qué estás haciendo... En silencio, junto con tu respiración, tu recuerdo irá aumentando gradualmente".
OSHO, Diálogos con el Señor de la Muerte
http://osho-maestro.blogspot.com/
Si en cada respiración profunda hay conciencia, el prana se expandirá y la energía vital empezará a ascender. La consciencia es la clave del ascenso; la inconsciencia, la clave del descenso.
Cuando una persona puede llegar a la conciencia a través de la respiración, no necesitará ninguna otra práctica, será suficiente; pero es muy difícil. Durante las veinticuatro horas del día, siempre que te acuerdes, sé consciente de tu respiración. Nadie lo sabrá, es algo que puedes hacer en silencio; nadie sabrá qué estás haciendo... En silencio, junto con tu respiración, tu recuerdo irá aumentando gradualmente".
OSHO, Diálogos con el Señor de la Muerte
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