"El amor es las dos cosas: maravilloso y doloroso,
agonía y éxtasis, porque el amor es el encuentro de la tierra y del cielo, de
lo conocido y lo desconocido, de lo visible y lo invisible.
El amor es el límite que divide materia y consciencia, la
frontera entre lo inferior y lo superior. El amor tiene sus raíces en la
tierra; ése es su dolor, su agonía. Y el amor extiende sus ramas hacia el
cielo; ése es su éxtasis.
El amor no es un fenómeno indiviso; es dual. Es una cuerda
tendida entre dos extremos. Tienes que comprender esos dos extremos: uno es el
sexo; el otro, la oración. El amor es la cuerda tendida entre sexo y oración;
parcialmente es sexo, parcialmente es oración.
La parte sexual conlleva mucha miseria; la parte
perteneciente a la oración, conlleva gozo. Por eso es difícil renunciar al
amor, porque si renuncias temes perder el gozo que conlleva. Y tampoco eres
capaz de sumirte totalmente en él, porque todos esos sufrimientos te hacen
recordar una y otra vez que es mejor renunciar a él. Ésta es la miseria del que
ama. El que ama vive en tensión, como siendo despedazado.
Puedo comprender tu problema. Es el problema fundamental de
todos los amantes, porque el amor aporta ambas cosas: muchas espinas y muchas
flores. Y ambos van juntos. El amor es un rosal. Uno no quiere las espinas; a
uno le gustaría que el rosal fuera todo flores, sin espinas, pero van juntos.
Son aspectos de la misma energía.
Osho