“Tienes que aceptar el hecho de que estás viviendo solo,
posiblemente con las multitudes, pero estás viviendo solo; posiblemente con tu
esposa, novia, novio, pero ellos están solos en su soledad, tú estás solo en tu
soledad y esas soledades no se tocan la una a la otra, nunca se tocan
mutuamente.
El que vivas con alguien más quizás por veinte, treinta
años, cincuenta años, da lo mismo; seguiréis siendo unos extraños. Por siempre
seréis unos extraños. Acepta el hecho de que somos extraños, que no sabes quién
eres tú, que no sabes quién soy yo. Yo mismo no sé quién soy, ¡cómo entonces
puedes saberlo tú? Pero las personas presumen de que la esposa conoce al
marido, el marido asume que la esposa tendría que conocer al marido. Todo el mundo
actúa como si cada quien fuera un captador de mentes, y que uno tendría que
conocer antes de que tú lo digas, tus necesidades, tus problemas. Él tendría
que saberlo, ella tendría que saberlo, y ellos tendrían que hacer algo. Ahora
bien, todo esto es una tontería.
Nadie te conoce, ni siquiera tú mismo, así que no esperes
que alguien más tenga que conocerte; no existe la posibilidad en la naturaleza
misma de las cosas. Somos extraños. Quizás por casualidad nos hemos conocido y
estamos juntos, pero nuestra soledad está ahí. No lo olvides, porque tienes que
trabajar en ello. Sólo a partir de ahí está
tu redención, tu salvación. Pero estás haciendo precisamente lo opuesto:
¿Cómo olvidar tu soledad? El novio, la novia van al cine, al partido de fútbol;
se pierden en la muchedumbre, bailan en la disco, te olvidas de ti mismo, bebes
alcohol, tomas drogas pero, de alguna manera no permites que esta soledad
llegue a tu mente consciente, y allí yace todo el secreto.
Tienes que aceptar tu soledad, la cual no puedes esquivar de
manera alguna. y no hay forma de cambiar su naturaleza. Es tu realidad
auténtica. Es lo que eres tú”.
Osho, From Unconsciousness to Consciousness