“Sólo al tomar decisiones te vuelves más y más consciente,
sólo al tomar decisiones te vuelves más y más maduro y sólo al tomar decisiones
te vuelves más agudo. De otra manera uno se vuelve insulso.
La gente va de un gurú a otro, de un maestro a otro, de un
templo a otro, no porque sean grandes buscadores sino porque son incapaces de
tomar decisiones. Así que van de uno a otro. Esta es su manera de evitar el
compromiso.
Lo mismo ocurre con otras relaciones humanas: un hombre va
de una mujer a otra, continúa cambiando. Las personas piensan que son grandes
amantes; no son amantes en lo absoluto. Están evitando, están intentando evitar
el involucrarse profundamente, porque cuando te involucras profundamente tienes
que enfrentarte a problemas, y tienes que pasar por mucho dolor. Luego uno
simplemente juega a lo seguro; uno se asegura de no involucrarse profundamente
con nadie. Si te involucras muy profundamente, no serás capaz de volver con
facilidad. Y si te involucras profundamente con alguien, este alguien también
se involucrará profundamente contigo; siempre va en proporción. Si me involucro
profundamente contigo, la única manera es permitirte que vayas igual de
profundo conmigo. Es un toma y daca, es compartir. Entonces te puedes
involucrar demasiado, y será difícil escapar y el dolor puede ser enorme. Así
pues la gente aprende a jugar a lo seguro: encontrándose sólo en la superficie
historias de amor en toccata y fuga. Antes de que te atrapen, corres.
Esto es lo que está ocurriendo en el mundo moderno. La gente
se ha vuelto tan infantil, tan aniñada; ha perdido toda su madurez.
La madurez aparece sólo cuando estás listo para enfrentarte
al dolor de tu ser; la madurez viene sólo cuando estás dispuesto a afrontar el
reto. Y no hay mayor reto que el amor.
Vivir en armonía con otra persona es el mayor reto del
mundo. Es muy fácil vivir en paz cuando estás solo, es muy difícil vivir en paz
con alguien más, porque es el encuentro y también el enfrentamiento de dos
mundos... totalmente diferentes. ¿Por qué se atraen el uno al otro? Porque son
totalmente diferentes, casi opuestos, polos opuestos.
Es muy difícil sentirse en paz en una relación, pero ése es
el reto. Si escapas de él, escapas de la madurez. Si te sumerges en él con todo
el dolor, y continúas sumergiéndote, entonces poco a poco el dolor se convierte
en una bendición, la maldición se convierte en una bendición.
Poco a poco, a través del conflicto, de la fricción, llega
la cristalización. El conflicto te vuelve más alerta, más consciente.
El otro se convierte en un espejo para ti. Puedes ver tu
fealdad en el otro. El otro provoca tu inconsciencia, la trae a la superficie.
Tendrás que conocer todas las partes escondidas en tu
interior y la forma más fácil es viéndolas a través de un espejo, reflejadas,
en una relación.
La llamo la forma más fácil, porque no hay otra forma, pero es dura. Es dura,
difícil, porque tendrás que transformarte con ella.
Cuando llegas a un Maestro se presenta ante ti un reto aún
mayor: tienes que decidir, y la decisión es acerca de lo desconocido, y ha de
ser total y absoluta, irreversible. No es un juego de niños; es un punto sin
retorno. Despertará un gran conflicto en tu interior. Pero no sigas cambiando
de Maestro continuamente porque ésta es la manera en la que evitas mirar en tu
interior. Y permanecerás suave, infantil. La madurez no se producirá en tu
interior.
Sólo lo desconocido puede llamarte porque es algo que no has
vivido todavía; no te has adentrado en ese territorio. ¡Avanza! Algo nuevo
puede ocurrir ahí.
Decide siempre a favor de lo desconocido, cualquiera que sea
el riesgo, y crecerás continuamente.
Pero si continúas decidiendo a favor de lo conocido, te
mueves en círculo con el pasado una y otra vez. Continúas repitiendo lo mismo,
como si fueras un disco en un gramófono.
Y decide. Cuanto antes lo hagas, mejor. El posponer es
simplemente estúpido. Mañana también tendrás que decidir, así que ¿por qué no
hoy? ¿Acaso crees que mañana serás más sabio que hoy? ¿Crees que mañana estarás
más vivo que hoy? ¿Crees que mañana estarás más joven que hoy, más fresco que
hoy?
Mañana serás más viejo, tendrás menos valor; mañana tendrás
más experiencia, serás más astuto; mañana la muerte estará más cerca; empezarás
a temblar y sentirás más miedo. Nunca pospongas para mañana. ¿Y quién sabe? El
día de mañana puede llegar o no. Si tienes que decidir, debes hacerlo ahora”.
Osho, Dang Dang Doko Dang