“El hombre se compone de tres capas: el cuerpo, la más
visible; el ser, la más invisible; y la mente, en medio de las dos.
La mente es un buen mecanismo, pero no un buen amo. Te puede
servir si tú eres el amo y la mente es el sirviente. Pero si el sirviente se
convierte en el amo y comienza a mandarle, ése es el estado de la locura. Por
eso digo que toda la humanidad está “normalmente loca”.
¿Qué es la mente? Todo en ella es prestado, y prestado de
diferentes fuentes: De los padres, de los vecinos, de los profesores, de los
sacerdotes, de las bibliotecas. Su hambre es insaciable; sigue tragándose toda
clase de información. Esa información puede ser contradictoria, esa información
puede crear tensiones, puede crear una división, o muchas divisiones. Si tú de
alguna manera puedes mantener tu equilibrio, es una locura normal. La locura
está ahí, pero es igual a la de todos los demás. A menos que te aproximes de
cerca a una persona más cuerda, no podrás pensarte loco.
La función del psicoterapeuta, cuando alguien va más allá de
los límites usuales de la humanidad, es traerlo de regreso. No es una labor
fácil. Toma años, y sólo los muy ricos se lo pueden permitir. Entonces el éxito
tampoco es seguro, porque la persona que lo está tratando, también está
reprimiendo su propia locura. La psicoterapia no ha hecho mucho bien a la humanidad. No
puede.
El estado de no-mente es desconocido para Occidente, y sólo
en el estado de no-mente uno puede ser consciente de eso que está más allá de
la mente... Porque cuando todo el parloteo de la mente se detiene y no hay más
ruido, la pequeña voz silenciosa del ser es escuchada. Por vez primera uno se
hace consciente: “Estoy aquí. Yo no estaba en ese sitio tan agobiante. Siempre
estuve fuera de él”.
Un solo momento de saber que estás más allá de la mente, te
ha dado una llave maestra. Ahora la mente nunca puede convertirse en tu amo. Y
si la mente nunca puede convertirse en tu amo, nunca te puede volver loco.
Ahora la mente no puede seguir acumulando lo que quiera. Una vez que el ser se
afirma a sí mismo, la mente se vuelve muy sumisa; inmediatamente.
La meditación es una ruta directa hacia el ser. Simplemente
evita a la mente. Y una vez que estás centrado en tu ser, la mente, que estaba
saltando de arriba a abajo pretendiendo ser tu amo, de repente se vuelve
sumisa; de inmediato se acalla, suelta todo su ruido. Y un hombre que ha
encontrado su ser puede usar la mente de la misma manera en la que tú puedes
usar cualquier mecanismo. Pero si el mecanismo empieza a usarte, esa situación
es fea.
El hombre debería recordar que es el amo de su cuerpo y de
su mente. Ciertamente el amo debe estar más allá de los dos. Y lo digo de
propia autoridad; así es. Tú puedes jugar con la psicoterapia y con otras
terapias; son sólo juegos. Si te gustan esos juegos, no hacen daño. Son mejores
que el fútbol, pero no son más que juegos. Y no te van a dar una vida nueva, no
te van a dar una inteligencia auténtica, una claridad que puede ver dentro de
cada problema sin preguntarse si es esto o lo otro.
Los días de la psicoterapia están contados. Mientras la
meditación se propaga, la psicoterapia comenzará a disminuir. Si podemos
extender la meditación alrededor de la Tierra, la psicoterapia simplemente
desaparecerá. No habrá necesidad de ella; y no ha sido de ayuda de cualquier
manera.
La meditación te lleva a tu ser. Es una ruta directa al más
allá.
Y una vez que el amo está ahí, la mente se rinde
inmediatamente. En esa rendición está la salud, porque el amo está en su lugar
y el sirviente está en su lugar; la armonía se restablece. Y ser armonioso es
todo lo que la salud necesita”.
Osho, From
Bondage to Freedom