“Todos le temen a la muerte por la simple razón que no hemos
saboreado la vida todavía. El hombre que
sabe qué es la vida, nunca le teme a la muerte, le da la bienvenida a la
muerte. Cada vez que llega la muerte, él
abraza la muerte, le da la bienvenida a la muerte, recibe la muerte como a un
invitado. Para el hombre que no ha conocido lo que es la vida, la muerte es un
enemigo, y para el hombre que sabe de la vida, la muerte es el clímax supremo
de la vida.
Pero todos le temen a la muerte; eso también es contagioso.
Tus padres tienen miedo de la muerte, tus vecinos tienen miedo de la muerte.
Los niños pequeños comienzan a estar contagiados de este miedo constante a su
alrededor. Todos le temen a la muerte. Ni siquiera quieren hablar de la muerte.
Ha habido sólo dos tabúes en el mundo: el sexo y la muerte.
Es muy extraño que temas como el sexo y la muerte hayan sido los dos tabúes de los que no se permite
hablar, que hayan sido eludidos. Están profundamente conectados. El sexo
representa la vida porque toda la vida surge del sexo y la muerte representa el
final. Y ambos han sido tabúes: no
hables de sexo y no hables de la muerte”.
Osho,
Walking in Zen, Sitting in Zen