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El deseo es como una droga; te mantiene drogado, no te permite ver la realidad, que está aquí y ahora.

“La celebración no está para satisfacer algún deseo, porque nunca deseo alguno se satisface.  El deseo como tal no puede ser satisfecho. El deseo es sólo una forma de evitar el momento presente. El deseo crea el futuro y te lleva muy lejos. El deseo es como una droga; te mantiene drogado, no te permite ver la realidad, que está aquí y ahora.

Cuando la pretensión desaparece, todo el humo de la pretensión desaparece, está la llama del ser y la llama misma es celebración.

La celebración no tiene causa alguna. La celebración existe simplemente porque somos. Estamos hechos de algo llamado celebración. Es nuestro estado natural –celebrar– tan natural como es para los árboles florecer, para los pájaros cantar, para los ríos fluir hacia el océano. La celebración es un estado natural.

No tiene nada que ver con tus deseos y su realización, con tus esperanzas y su realización; esta es la cuestión. Pero para ver la celebración que ya está sucediendo en lo más profundo de tu ser, tienes que abandonar las pretensiones, tendrás que entender la inutilidad de la pretensión”.

Osho, The Secret of Secrets