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No quiero que nadie se inmiscuya en mi vida y tampoco quiero inmiscuirme en la vida de nadie.

"En todas partes: en la iglesia, en el templo, en la mezquita, en la escuela, en la universidad, en la familia, en todas partes esperan que seas obediente...

No estoy en contra de la obediencia, no soy desobediente, pero quiero decidir mi vida a mi manera. No quiero que nadie se inmiscuya en mi vida y tampoco quiero inmiscuirme en la vida de nadie.

La persona sólo puede ser verdaderamente humana cuando se rige por esta regla. Pero hasta ahora la regla ha sido destruir a la persona,  de forma que el resto de su vida se comporte de manera servil, se someta a todo tipo de autoridad; cortar sus raíces de manera que no tenga suficiente chispa para luchar por la libertad, para luchar por la individualidad... Entonces la persona sólo tiene un poco de vida que le permite sobrevivir hasta que la muerte le libera de la esclavitud que ha aceptado como vida. Los niños son esclavos de sus padres; las esposas son esclavas, los maridos son esclavos, los ancianos se convierten en esclavos de los jóvenes que tienen todo el poder. Si te fijas, todo el mundo vive en la esclavitud, ocultando sus heridas detrás de bellas palabras...

Las raíces sólo pueden ser fuertes si dejamos de hacer lo que hemos estado haciendo hasta ahora y hacemos exactamente lo opuesto. Cada niño debería tener la oportunidad de pensar. Deberíamos ayudarle a agudizar su inteligencia. Deberíamos ayudarle proponiéndole situaciones y dándole oportunidades de decidir por sí mismo. Deberíamos partir del principio de no forzar a nadie a ser obediente, y de enseñar a todo el mundo la belleza y la grandeza de la libertad. Entonces las raíces serían fuertes...

Éstas son las religiones que han hecho vivir al ser humano sin florecimiento y sin fragancia; en realidad cada individuo tiene la capacidad de ser un Sócrates, de ser un Pitágoras, de ser un Heráclito, de ser un Gautama Buda, de ser un Chuang Tzu. Cada individuo tiene el potencial, pero este potencial no es alimentado suficientemente. Sigue siendo un potencial... hasta que el hombre muere, con lo que nunca llega a realizarse.

Todo mi planteamiento y mis esfuerzos están dirigidos a dar a cada individuo oportunidades de desarrollar su potencial, sea el que sea. Nadie debería malgastar su vida, nadie tiene derecho a hacerlo. Y entonces podremos tener un mundo que sea verdaderamente un jardín de seres humanos. Ahora mismo vivimos en el infierno".

Osho, Más allá de la psicología