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Una persona verdaderamente religiosa es mística.

"Una persona verdaderamente religiosa es mística. Es un poeta, no un poeta en el sentido de que escriba poesía, sino de que vive en la poesía. Es un pintor, no porque pinte telas, sino porque pinta constantemente su conciencia. Es un música, pues aunque quizá nunca haya tocado un instrumento, no deja de interpretar en su ser interior una música que no puede traducirse de ninguna manera, que no puede llevarse de los elevados reinos del ser a los valles oscuros y bajos de nuestra vida. Es un bailarín, aún si no cambia de postura, porque su ser está en danza continua.

Una persona religiosa no puede ser cristiana, hinduista, mahometana. Ser religioso es ser tan vasto que no puede confinarse en cárceles tan estrechas: iglesias, sectas, credos, dogmas.

El hombre religioso no tiene catecismo. Conoce el amor, conoce la verdad, conoce la belleza, conoce la autenticidad. Pero también sabe que estos valores son imposibles de expresar. Puedes encarnarlos, puedes ser ellos  --es la única manera de expresarlos--; pero no puedes decirlos. Puedes mostrarlos, pero no decirlos...

Las religiones organizadas son lo peor que ha pasado en la historia. El Estado debe permanecer separado de las religiones organizadas porque no son sino supersticiones y creencias de toda laya, creencias sin pruebas, doctrinas, credos que van en contra de los descubrimientos e inventos científicos. El Estado no debe sostener a ninguna seudoreligión, a ninguna religión organizada, pues equivale a mantener a charlatanes, tramposos, embaucadores, explotadores, parásitos".

OSHO, Creencia, duda y fanatismo. ¿Es esencial tener algo en que creer?