“El ser humano nace para realizar la vida, pero todo depende
de él. Puede perdérsela. Puede ir respirando, puede ir comiendo, puede ir
envejeciendo, puede ir en dirección a la tumba, pero esto no es vida. Esta es
una muerte gradual desde la cuna hasta la tumba, una muerte gradual de setenta
años de duración. Y, debido a que millones de personas a tu alrededor están
muriendo esta muerte lenta, gradual, tú también empiezas a imitarlos. Los niños
lo aprenden todo de quienes tienen a su alrededor, y estamos rodeados de
muertos.
Tenemos por tanto que entender qué significa para mí la
vida. No puede ser simplemente envejecer; tiene que ser madurar. Y, estas son
dos cosas diferentes. Cualquier animal es capaz de envejecer. Madurar es la
prerrogativa de los seres humanos. Sólo unos pocos reclaman el derecho.
Crecer significa ir profundamente al principio de la vida a
cada momento; significa alejarse de la muerte, no ir hacia la muerte. Entre más
profundamente entras en la vida, más entiendes la inmortalidad dentro de ti. Te
alejas de la muerte; llega un momento en que puedes ver que la muerte no es
otra cosa que un cambio de ropaje, o un cambio de casa, un cambio de forma:
Nada muere, nada puede morir; la muerte es la mayor de las ilusiones”.
Osho, Beyond Enlightenment